
De origen finlandés, la temperatura de un sauna oscila entre los 80 y 100 grados Celsius, a esta temperatura, la circulación sanguínea se reactiva y es un excelente medio para relajarse. Una vez aclimatado, para refrescarse nada mejor que un chapuzón en el agua fría a la luz del sol de media noche. Sí, durante el verano, a ciertas latitudes el sol nunca desaparece en el horizonte, creando una luz particular. Para agregar originalidad al baño helado, si tienes suerte, y el paisaje despejado, podrás disfrutar de uno de los más bellos espectáculos naturales: las auroras boreales. Para terminar la experiencia, puedes alojarte en el Hotel de Hielo en el norte de Suecia, o en el Castillo de Nieve de Finlandia.